Nunca habíamos
visto tantos objetos navideños en una casa que no fuera comercial.
Con
mucho asombro y grata sorpresa, en la
navidad recién pasada, visitamos a una querida “emprendedora” y… nos
encontramos con una espectacular y
autentica pinacoteca.
Impresionante
la cantidad de artículos navideños de distintos diseños, portes, colores,
estilos, data, -algunos son de cuando era una pequeña nena- en fin, había de todo lo que uno
se pudiera imaginar… o, de lo que no se
imagina.
Me ha encantado… o mejor dicho nos ha
encantado a -Rolando y Patricia-
ver la dedicación y gusto con que es
adornado cada rincón de su casa. No se trata del espacio en que se monta un
escenario navideño como todos conocemos en el living de la casa, esto era
absolutamente inimaginable. Toda su
casa estaba colmada de artículos navideños, comenzando por los vidrios de las
puertas francesas, la escalera externa, todos los ventanales, muebles, puertas,
pasillos, sillones, mesas, sillas patio, estufa, en fin es largo enumerar… si hasta el papel confort tenía
dibujos navideños, con eso… que más contarles… solo comentar que … ¡Es un verdadero Museo!
Hay que
señalar que es algo digno de ser visto, que ojala expusieran al publico tal
patrimonio y trabajo de dedicación a tiempo completo ya que ella, -Solange
Griño -Profesora- comienza en noviembre a ornamentar su casa. Sabemos que es algo
difícil pero… que bonito sería que mas personas tuvieran la ocasión de agraciar sus ojos.
Por lo que, desde el día que conocimos el cálido refugio de Gonzalo y Solange, ubicado en Antihuala comuna de Los Álamos, hemos quedado anonadados, se ve y respira la calidez y armonía con que cada espacio es transformado por el amor con que esta pareja combina sus días entre ilusión, pasión y trabajo, además de la dedicación por las aves, el invernadero, las avecillas silvestres -que avisan cuando se acerca un forastero-, perros lanudos y hermosas flores que bordean su hogar.
Y... luego, cuando volvimos a nuestra casa, vimos lo chiquito que era nuestro mundito navideño… ¡y pensábamos que teníamos demasiadas luces…!
Solange
nos contaba en esa ocasión, en la que compartimos una aromatizada y colorida
once navideña, que su abuelito, un
español que llegó a Chile hace
algún tiempo, continuó cultivando a través de los años sus costumbres europeas, las que ella, sus hermanos y madre,
seguirán manteniendo por los años
que vengan, y que por supuesto, las ha
llenado de orgullo y recuerdos de su infancia.
¡ Felicitaciones
Gonzalo y Solange!... por el hermoso hogar que han conformado, a Solange, por
mantener viva esa tradición familiar ejemplarizadora, que debiésemos copiar y
trabajar en ello, haciendo perdurar las costumbres y tradiciones, porque
es la única manera de revivir el pasado.